Oportunidades

Tan sólo se trata de dejar de buscar, de detenerse un momento en medio del bullicio y poner atención para aislar un sonido que te atrape, una voz que te hable sobre todos los gritos, se trata de dejar de luchar contra la ira, de abandonarse a una gran emoción que te supera, de aceptar que la vida, el amor y los fracasos son parte de tu historia, que te han traído aquí, justo donde te encuentras, de donde huyes mientras mueres de miedo sin saber a qué.

Se trata de llorar y reír a pierna suelta, de amar sin dudas, de no ponerle límites, de viajar ligero, de acumular más momentos que monedas, más recuerdos que ganas, de soltar las amarras y brincar al vacío, de ganar con honor y aprender la humildad en la derrota y sobre todo entender las batallas transitorias sin buscar siempre guerras.

Se trata de asomarse a la ventana, de no perder la sorpresa en los ocasos, de aprender a aprender todos los días, de saber escuchar, de respetar tu cuerpo, de amarlo, de amarte más que a nadie, de verte cada día y brindarte una sonrisa en el espejo, de decirte un piropo y mandarte un buen beso y abrazarte.

Se trata de mirarte, de voltear hacia adentro y comprender que cada minuto, cada día, cada lágrima, te brinda una ocasión de reinventarte…