Y ahi estaba ella, pequeña y temerosa; escondida en el reducido cubo que formaban las camas en escuadra muy cerca del muro: Un metro cuadrado medía su universo. Se cubría la cabeza con una cobijita de felpa que tenía el dibujo de un venado, procurando que su respiración se calmara y callara. Podía escuchar su corazón intentando escapársele del pecho y buscaba hacerse diminuta, invisible a los ojos y garras que temía.
Pero los niños no desaparecen en casa de sus padres. Tarde o temprano la encontraron y el castigo llegó sin tregua alguna…
Un cinturón golpeando carne viva es un sonido hueco que cala las entrañas…
Silencio…
Ella ha olvidado ya algunas palabras, pues los gritos callaron sus lamentos y un par de objetos rotos valieron mucho más que súplicas y lágrimas de aquella mocosuela…
Han pasado 30 años y las marcas dejadas por aquella golpiza han dejado secuela en el alma y el cuerpo. Aquella niña débil sigue teniendo miedo de que alguno más fuerte intente maltratarla, de que alguna persona ejerza su poder sobre sus alas rotas y la obligue a bajar a los infiernos que aún no logra olvidar, aunque lo intente.
Incluso ha habido veces en que aquellas palabras resuenan en el viento, o las repite el mar en sus adentros y es cuando el huracán amenaza la calma de la noche y los demonios salen a jugar a los dados con sus sueños…
NO AL MALTRATO INFANTIL
Dios hecho mujer 
Comentarios en: "Cicatrices" (11)
El abuso hacia un ser más débil o indefenso debe ser el acto mayor de cobardía. Buen texto, pero generador de rabia. Saludos
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Mucha rabia e impotencia porque entre este mundo tan «civilizado», aún exista la violencia en casa.
Saludos de regreso.
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La cadena de maltrato se reitera en las generaciones, el abusado para a ser abusador o bien las relaciones en su vida replican el maltrato recibido. Desarticular la violencia que sostuvo el patriarcado no es tarea fácil pero creo que se encuentra en retirada, la violencia sobre los niños y adolescentes también es propia de esta estructura de poder.
Gracias por el post, un saludo para ti desde Argentina.
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Creo que para romperla hay que hacer autoconciencia del daño, aceptar que lo vives y finalmente romper la cadena. No creo que la cadena se repita en todos les casos. Afortunadamente está en extinción.
Un abrazo desde Cancún, México.
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Es algo que no llego a comprender…cómo se puede dañar de ese modo a un niño? Pero está claro que sucede y ojalá no sucediera. Estoy contigo…No al maltrato infantil!
Saludos 🙂
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Espero que no lo comprendamos nunca querida. Hay que estar enfermo para dañar a un inocente. Un abrazo desde el Caribe.
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Sin duda hay que estarlo…y mucho. Un abrazo desde Madrid!
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Todos hemos sido niños y como tal la mayoría hemos recibido alguna paliza en aquella época, aunque no con semejante ensañamiento, eso nos ha enseñado que a nuestros hijos debíamos de tratarlos de una forma diferente, firmes pero con respeto y si maltrato, ni físico ni psicológico, que quizás este último sea el peor de ambos. Abrazos. XD XD
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Efectivamente era la educación«aceptada». Sin embargo se ha comprobado que no era la mejor. Coincido en que tenemos una oportunidad de hacer la diferencia. Abrazo de regreso desde el Caribe.
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como jode que dañen a los niños…
abrazos querida
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Creo en el fondo que jode, no sólo al niño, sino al que lo maltrata. Es imposible dañar a un indefenso y salir ileso emocionalmente. Abrazo de regreso.
Silvia.
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